4 mudanzas en 10 años.
Qué una dice, y qué necesidad hay, ¿no? pues la hay, la debe haber vaya.
Lo curioso es que de una para otra no aprendo. Después de cada mudanza, harta de meter en cajas cosas innecesarias, transportarlas, abrirlas y buscarles un sitio, prometo no acumular artilugios varios inservibles tales como una bola del mundo donde los países se tienen que mirar con lupa, un compact disc portátil que jamás utilicé, una funda para los rollos del wc de ganchillo rosa hecha a mano por una antigua vecina, una bandeja de plástico especial sofá de flores lilas y verdes... Esas cosas que uno sabe que nunca más verán la luz, que volverán a estar en algún rincón recóndito como del que han salido, pero tu subconsciente, tu parte diogenizada responde ¿Y si...?
Prometo no tener más ropa que la que realmente utilizo y no guardar camisetas que me llegan un palmo por encima del ombligo solo por tenerles cariño o por mantener vivo el recuerdo en mi memoria del estimado Piu... También prometo no tener más de dos colchas por lo que abultan y pesan, pero parece ser que es el regalo idóneo para alguien que tiene una tienda de complementos y se me hace imposible escoger. Prometo no comprarme más libros de cocina tamaño folio, y no porque las recetas últimamente las busco en Internet, que podría ser una razón bien válida, sino porque al que le toca la caja de los libros de cocina se acuerda durante dos mudanzas más de ella y no vuelve. Prometo no coleccionar NADA... nada de azucarillos, cerillas, gomas de borrar o corchos de vino. NO. Prometo, prometo, pero como decía el refrán, prometo hasta que no meto. Una vez metido, se acabó lo prometido.
Maria José, desde Murcia, nos ha enviado la nueva remesa de sus muñecas "profesionales" hechas con fimo.
Qué una dice, y qué necesidad hay, ¿no? pues la hay, la debe haber vaya.
Lo curioso es que de una para otra no aprendo. Después de cada mudanza, harta de meter en cajas cosas innecesarias, transportarlas, abrirlas y buscarles un sitio, prometo no acumular artilugios varios inservibles tales como una bola del mundo donde los países se tienen que mirar con lupa, un compact disc portátil que jamás utilicé, una funda para los rollos del wc de ganchillo rosa hecha a mano por una antigua vecina, una bandeja de plástico especial sofá de flores lilas y verdes... Esas cosas que uno sabe que nunca más verán la luz, que volverán a estar en algún rincón recóndito como del que han salido, pero tu subconsciente, tu parte diogenizada responde ¿Y si...?
Prometo no tener más ropa que la que realmente utilizo y no guardar camisetas que me llegan un palmo por encima del ombligo solo por tenerles cariño o por mantener vivo el recuerdo en mi memoria del estimado Piu... También prometo no tener más de dos colchas por lo que abultan y pesan, pero parece ser que es el regalo idóneo para alguien que tiene una tienda de complementos y se me hace imposible escoger. Prometo no comprarme más libros de cocina tamaño folio, y no porque las recetas últimamente las busco en Internet, que podría ser una razón bien válida, sino porque al que le toca la caja de los libros de cocina se acuerda durante dos mudanzas más de ella y no vuelve. Prometo no coleccionar NADA... nada de azucarillos, cerillas, gomas de borrar o corchos de vino. NO. Prometo, prometo, pero como decía el refrán, prometo hasta que no meto. Una vez metido, se acabó lo prometido.
Maria José, desde Murcia, nos ha enviado la nueva remesa de sus muñecas "profesionales" hechas con fimo.
Muy buena opción para esos detalles a doctoras, enfermeras, profesoras, jardineras, recientes mamás... Para transportistas mudanceras de momento no hay ninguna... ¡será cuestión de inventarla!
Feliz semana.
2 comentarios:
bonjour, je suis de paris. j'ai acheté l'une de vos bagues à Etretat (normandie) avec 3 magnets différents. Elle est superbe, j'adore :)
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