Cuando era moza, tanto me gustaba el calorcito del verano, como el encogimiento del invierno. Lo mismo me daba playa que nieve, calefacción que ventanas de par en par, ensaladitas y helados que polvorones y caldo gallego...
Desde que tengo mini en casa, odio la nueva estación que va de septiembre a abril. La de los mocos.
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